miércoles, 1 de abril de 2015

Daucus carota subp carota / Zanahoria silvestre





Familia. Apiaceae -  Umbeliferas

Zanahoria silvestre, la madre de todas las zanahorias, planta de grandes y llamativas inflorescencias. La vemos en nuestros campos, la vemos en nuestras cunetas, eriales, escombreras de nuestra península, dunas de la costa, zonas de montaña, desde la orilla de los ríos a los terrenos más secos y pobres, generalmente no nos fijamos en ella, quizás por no relacionarla con nuestra hortaliza

Al  entrar la primavera saca un tallo que puede llegar a medir un metro de altura, Es una planta anual o bianual

Daucus, termino latino, indica Zanahoria, carota, del griego Karoton, indica color de azafrán

Hojas: compuestas, se dividen de forma repetida llegando a formar unos segmentos con forma linear-lanceolada de muy pequeño tamaño



Flores: como todas las plantas umbelíferas, la aparición de la flor es tardía, allá el mes de agosto. Estas se reúnen en una inflorescencia  (umbela)  con un tamaño que viene a rodear los 10 cm de diámetro, y situadas en el extremo de los tallos principales, tiene forma plana y extendidas, las flores que la forman son de color blanco con pétalos  asimétricos y pequeñas disminuyendo de tamaño conforme se acercan al centro, en este centro suele aparecer una única flor de color oscuro, estéril que asemeja un insecto y que sirve  según algunos botánicos como reclamo, invitación a otros insectos a posarse en ella para que le ayuden en la polinización


Una vez polinizada  esta umbela se recoge sobre si mismo protegiendo la formación de los frutos que una vez maduros se dispersan  con ayuda de unos pelillos que se adhieren al pelaje de los animales que realizan el transporte, su olor es algo desagradable



Su raíz es pequeña,  dura  y amarillenta, las zanahorias que vemos en nuestra huerta o en nuestra frutería son el resultado de una domesticación a través de años


Curiosamente esta domesticación (Proceso de selecciones e hibridaciones) comenzó en Afganistán, donde se conoce su cultivo desde hace más de 5.000 años, sigue con los griegos y romanos pero finalmente fueron los holandeses en el siglo XVII quienes comenzaron la búsqueda de variedades más dulces y atractivas, en esta búsqueda encuentran una mutación  que le da un color anaranjado  que alcanzó gran popularidad


La raíz y los frutos de esta planta han sido utilizados como diurético, la ralladura de zanahoria acelera la cicatrización de las heridas y favorece el bronceado de la piel. Sus semillas poseen esencias volátiles que utiliza la industria licorera y de perfumes

Sus parte útiles son la raíz. Las semillas y las hojas frescas

Su raíz, que es comestible y rica en vitaminas B y C y la provitamina A, también contiene componentes activos, sales minerales, pectina, vitaminas B, C, D y E, aceite esencias, flavonoides y caroteno

Se le atribuye el mejorar la visión

No obstante antes de utilizar esta planta se debe tener el cuidado de  conseguirla en establecimientos o a través de personas conocedoras pues existe otra  planta muy semejante, que puede llegar a confundir, sobre todo para los profanos,  que es mortal, de ella comentaremos en el próximo post  

Esta planta que para la mayoría pasa desapercibida se utilizó, con la llegada de la crisis, (2011) para confeccionar la que es tradicional Cruz de Mayo  en el Parque del Alamillo de Sevilla, generalmente eran claveles los que conformaban la cruz, pero la falta de dinero hace pensar y buscar y encontramos en esta flor nuestra solución, y fue todo un acierto pues parecía confeccionada de encaje



Posiblemente,  sobre todo aquellos que les hablan a las plantas, me darán la razón en pensar que esta humilde flor en la que generalmente nadie repara  ascendió de categoría, se vio encumbrada, tuvo el honor de vestir una cruz, estoy segura que a partir de ese día y de los elogios que recibió hoy se siente algo más importante

Donde podemos localizarla? Como cualquier hierba silvestre en el campo y en cualquier rincón 



Fuente: Guía Ilustrada de las Hiervas de Sevilla, editada por el Ayuntamiento de Sevilla cuyos autores son Carlos y Pedro Romero Zarco